30/6/11

Despertar contigo


Tú eres mi sueño
No se que pasó anoche, sin darme apenas cuenta, el sol dio paso perezosamente a la invasión de la oscuridad , la cabeza me da vueltas y mi pensamiento es invadido por imágenes y frases. anoche creo que bebí demasiado.
Recuerdo que cuando me fui a la cama los rayos de luna se colaban tímidos entre las rendijas de la ventana como el agua en una cesta de mimbre, no habia mas sonido que mis pasos esquivando las sombras de mi propios pensamientos, todo daba vueltas a mi alrededor. Las paredes de mi habitación se mueven y me divierten que se ponen a dar vueltas, pongo música para no ser fagocitado por este silencio e intento alcanzar las paredes con mis dedos.
Me parece despegar y alcanzar el techo, hasta que los golpes de unos nudillos contra la puerta me devuelven al suelo en suave aterrizaje, en el hueco de la puerta abierta, unas curvas de mujer envuelta en una trasparente tela blanca, se adivinaban los detalles ocultos de su cuerpo por el efecto del contraluz que provocaba el claro de luna.
En aquel momento un destello grisáceo azulado me dejó ver unos labios rojos, inertes, tranquilos en medio de aquella obscuridad no muy severa.
Pensé que era la misma noche en persona que había venido a hacerme compañía, la hice pasar, debo confesar que mi pensamiento estaba ahogado entre las sombras, sentí un escalofrío que me recorrió la espalda, la piel de aquella mujer semi oculta con aquellos rayos fugitivos que entraban por las rendijas de la persiana, resaltaba y brillaba como una piedra preciosa, a la que no podía resistirme.

Ahora recién levantado, apenas puedo recordar mi piel totalmente erizada y una presencia que llenaba toda la habitación, unas manos deliciosamente suaves atrapando mi cuello y unos turgentes senos apoyados en mi pecho, una sensación muy diferente a lo que había experimentado hasta ahora. Un tacto muy caliente y lleno de anhelo interno, como la lujuria se adueñaba brutalmente de mi cuerpo y como empecé a tener deseos ocultos de penetrarla salvajemente por todos los orificios de su cuerpo.
Una lengua deliciosamente suave y carnal recorría magistralmente mi cuerpo dejando tras de si un reguero con sabor a miel y canela, el dibujo de sus pezones duros y tiesos, hacían retorcer de placer mis músculos a su paso. De repente empezaron las convulsiones, su cuerpo comenzó a estremecerse, se palpaba la tensión previa al estallido de un volcán, sentía como si las piedras derretidas por el fuego la hicieran arder por dentro entre oleadas incontroladas de placer.

Noté como mi ropa interior fue literalmente arrancado, de un solo tirón con fuerza desproporcionada a aquella mujer, el sonido de la tela rasgada invadió el silencio. Solo se que excitadísimo, no podía soportar tanto placer. Esa lengua empezó a lamer mi ingle, el interior de mis muslos, mi entrepierna, no podía creer el tamaño que había alcanzado mi pene, exageradamente humedecido como si quisiera apagar el fuego que me corroía por dentro y por fuera, los lengüetazos hacían que ardiera por dentro, solo podía articular gemidos pues esa lengua se introducía no sé como en mis poros y hurgaba en todas mis terminaciones nerviosas, tendones y articulaciones ya no respondían a ninguna de mis órdenes, cuando mi pene penetró en su cueva, las paredes de su recinto se abrían a su paso, pero oponiendo fuerza tras la furiosa entrada que se cerraban sobre él de modo que aún provocaban que aumentase aun más la hinchazón de las venas, en cada embestida se juntaban las caderas en un delicioso choque, los abdómenes se juntaban escasos deliciosos segundos, el conjunto de mi cuerpo se rebeló al unísono arrancando de mi interior un orgasmo bestial, fue una extraña eyaculación pues sentí el semen abrasando todo el recorrido de su paso para salir con una potencia nunca sentida, como la explosión de un volcán repleto de lava hirviendo.
Naturalmente todo el que esté en su sano juicio pensará que todo fue un sueño provocado por una exagerado deseo de poseerte, confieso que yo mismo también pensé eso, pero esta mañana mi dormitorio estaba impregnado de un profundo olor a tu perfume y unas manchas en las sábanas me confundieron todavía mas. Me había corrido soñándote.
Tu fuiste mi sueño..