9/1/12

Una chica timida.



MI NOCHE CON MONTSE
Fuimos a cenar a un restaurante muy agradable que ya conocía de haber ido otras veces, al entrar le pedí al responsable que nos ubicara en una mesa del fondo. La cena transcurrió tranquila. Montse además de muy atractiva es súper agradable. La charla comenzó intercambiando vivencias, por los más diversos temas, hasta que, como no podía ser de otra manera, recaló la conversación en lo inevitable, lo que pasó aquella tarde de aquel verano, ella lejos de sentirse avergonzada como fue ese día hace doce años ahora sonreía, me explico el porque siempre era la ultima decía que las chicas se reían de ella por no tener pecho, la mire y le respondí sonriendo que no podrían hacerlo ahora, la verdad es que sus pechos eran perfectos de tamaño y colocación, redondos y erectos, le gustó mi apreciación.
Hablamos de esos meses y ella me confesó que pensaba que me lo estaba montando con Rocío y con Nadia por como hablaban de donde habían estado conmigo y la verdad es que salir si que habiamos salido varias veces a una disco de un pueblo cercano pero cuando llegó la hora de la verdad, Nadia de meterla nada solo se dejaba magrear y besuquear pero en el momento que quise tocar su sexo se fue atrás diciendo que de follar nada que si quería me hacia una paja, le dije que para pajearme no necesitaba a nadie. Con rocío fue casi lo mismo decía que tenia ganas de follar pero el miedo a quedar embarazada podía mas que el deseo y ni con preservativo se dejó decía que se podía romper, así que le confesé que no habia nada de nada, ella me respondió.
--.Vaya y yo que pensaba que con la única que no hacia nada contigo era yo.
Ante esa confesión la mire a los ojos y le pregunté.
¿Tu lo hubieras hecho?.
No respondió aprovecho para evadir la respuesta levándose la copa de vino a los labios, le dije que yo no lo hubiera hecho con ella, vi. una mueca de decepción en su cara, Tan fea y poca cosa era para que ni para echar un polvo me desearas, le respondí que no quería decir eso solo que era menor de edad y que nunca lo haría con una menor por apurado que estuviera, que es muy peligroso hacerlo aun siendo consentido, podría enterase alguien y enviarme a la cárcel, con esa respuesta la sonrisa volvió a su rostro.
Seguimos hablando, de las relaciones personales en el que Montse por momentos se sonrojaba un poco ante mis preguntas, hasta de pronto y creo sorpresivamente para ella, le pregunte:
-. Montse y de sexo ¿que me cuentas? ¿Tienes novio, pareja?.
Me miro con sorpresa abriendo mucho sus ojos, perdona que sea atrevida la pregunta, somos adultos. Nooo, no tengo novio ni pareja si es eso lo que preguntas, respondió.
-. No quiero complicarme la vida en estos momentos, quiero vivirla.
Me miró primero con cara de sorpresa sonriendo, permaneció un momento en silencio bajando su mirada a la mesa mientras jugaba con la copa del vino moviéndola sobre la mesa, vi como se se ruborizaba un, finalemente dijo muy bajito casi susurrando, casi inaudible.
-.Porque me lo preguntas?
Le respondí que disculpara mi atrevimiento y que si no quería responder no lo hiciera, también en tono muy bajo casi susurrando igualmente.
-. No es que quiera saber tu vida, solo es curiosidad.
-. Me cuesta creer que una chica tan atractiva este sola.
-. Tampoco he dicho que este sola jajajaja.
Su sonrisa me descoloco un poco.
Me da un poco de corte ese tema me dijo muy seria, perdona, no fue mi intención molestarte respondí.
-.No, no pasa nada. Es que me ha pillado de sorpresa tu pregunta murmuro casi inaudible otra vez pero te lo explicaré.
-.Solo he estado con tres chicos en mis 26 años, el primero fue en el instituto algo un desastre y una equivocación por mi parte ya que no estaba preparada, lo hice solo por ser igual que mis amigas.
-.  Más tarde en la universidad conocí un chico muy guapo y una noche nos enrollamos, y volví a equivocarme.
-. El tercero y ultimo fue mi ex novio, un ingles hemos estado saliendo durante dos años y medio, con ninguno de los tres he llegado a sentir eso que he oído decir tantas veces que se siente.
-. debo ser un bicho raro jajaja.
¿De verdad no sabes lo que es un orgasmo?
Pregunté poniendo cara de asombro. ella me miró sonriendo.
-. Tampoco es eso, he dicho lo que tanto relatan en esas novelas que dicen que se llega casi a perder la conciencia.
 -.No me lo puedo creer jajaja.
 No te miento me respondió, esa es toda mi vida sexual jajajaja, como ves nada interesante.Después de eso se soltó un poco y empezamos a hablar con mas soltura de como nos habia ido la vida a los dos en los últimos años.
 La primera vez por el miedo no me entere de nada, para los dos era la primera vez, la segunda era un niñato que iba de guai y solo se preocupaba de el y en menos de tres minutos ya habia acabado, y con mi ex mas de lo mismo, no aguantaba ni cinco minutos se iba casi antes de que yo me enterara, vamos que soy un fracaso como mujer, a lo mejor es que no  he encontardo un hombre que me entienda y me haga sentir eso que se dice tanto.
Su mirada se había vuelto triste y sus bonitos ojos azules se habían apagado un poco.
Intente tranquilizarla acariciando una de sus manos entre las mias.
-. Anda y no digas eso, lo que pasa es que a lo mejor no has encontrado eun chico a tu medida.
¿I cual sería mi medida?
Respondió con mirada desafiante.
Mi respuesta no fue muy afortunada quise decir que no había encontrado un hombre de verdad.
el tema la estaba incomodando, así que cambiamos de conversación, levante la copa de vino y le dije que brindáramos por esa noche que acababa de empezar, mientras cenabamos continuamos dialogando largo rato.
Después de cenar salimos y caminamos lentamente mirando escaparates la tome de una mano y como me dejó hacer la tomé de la cintura, ella no se opuso la atraje suavemente hacia mi y besé suavemente su mejilla, levantó su mirada mostrando asombro y me dijo.
¿I esto?
Tenía ganas de besarte le respondí y aproveche que tenia cerca su cara para darle un suave beso en los labios.
En broma como si se enfadara me dijo.
¿Qué haces? Me estas seduciendo.
No respondí, solo intento conquisatandote jajajaja. Solamente es un beso  le susurré al oído mientras volvía a  besarla esta vez  junto a la oreja.
Sentí que su cuerpo se estremecía al roce de mis labios pero me dejaba hacer.
Nos paramos delante un escaparate y esta vez la atraje fuertemente contra mi cuerpo y la bese nuevamente con mas pasión que antes,ella respondió dejandome penetrar mi lengua en si boca y nos enredamos en un beso en el que nuestras lenguas de trenzaron buscándose una a la otra. Llegamos a una plaza y nos sentamos en un banco, ya no hablabamos, solo nos mirabamos, los ojos hablaban por nosotros. La abracé fuerte y continuamos besándonos.
Montse, le susurré al oído.
-. Me excitas un montón.
-. Con una sonriente mirada me dijo mientras observaba mi entrepierna.
-. ¿Más que hace doce años?
Sonreía mientras seguiamos caminando.
En ese momento pasaba un taxi, lo paré y la invité a subir, antes de hacerlo me miró como preguntando ¿ nonde me vas a llevar? subió al taxi y marchamos.
Ya dentro me preguntó mientras el taxis arrancaba.
-¿A dónde vamos?.
No preguntes le dije y volví a besar suavemente sus labios.
¿Me dejas llevarte donde yo quiera?. ¿Confías en mí?.
Le susurré bajito al oido, por supuesto respondió y su mirada me decía que lo deseaba tanto o más que yo.
Di la dirección al taxista y luego de unos quince minutos llegamos al pequeño apartamento donde yo vivía ahora.
¿Pasamos? la invité. -.No se me respondió, -.¿vas a pensar mal de mí?.
-. Montse debería de hacerlo interrogué, solo te invito a tomar un café si eso es lo único que deseas.
-.Sí, solo un café.
 Respondió mirándome y esta vez su mirada brillaba de diferente manera, en ese momento supe que era algo mas que un cafe lo que ella deseaba, aguante la puerta para que entrara. Gracias me dijo.
Vas estar toda la noche dándome las gracias? Le respondí.
Entramos preparé un café y nos sentamos en un pequeño sofá que había en el salón del pequeño apartamento esperé que ella lo hiciera primero y luego me senté a su lado. Dejé la bandeja con los cafés y una copita de licor sobre la mesita y la abracé tiernamente, primero se retrajo levemente como no fiándose pero luego me dejó hacer. Nos besamos largamente y cuando la sentí relajada y entregada a mis caricias comencé a pasar mis manos por su espaldas bajo su blusa, al sentir mis dedos en su piel sentí como su cuerpo recibía una descarga y se apretó mas al mió, mis manos siguieron recorriendo su cintura por delante, apareció ante mí un pequeño sostén de color rojo con hermosos adornos que guardaba sus dos bellos senos que parecían querer escaparse de su encierro, los tomé uno con cada mano y los acaricié suavemente mientras continuaba besándola en la boca, mis labios fueron recorriendo lentamente su rostro y cuando llegaron a sus orejas comenzaron a bajar por el cuello.
Ella respondía aferrándose fuertemente a mí mientras mis besos seguían bajando haciendo pequeños círculos en su piel hasta llegar al borde del sujetador, mis manos fueron a su espalda y desprendieron el cierre y suavemente mientras los contemplaba lo deje caer al suelo, quedando ante mí abiertos ojos sus bellísimos senos que coronaban en unos pezones de color marrón oscuro totalmente duros. Hacia ellos fueron mis labios con besos que al llegaban y se transformaron en lamidas al principio muy suaves, pero que fueron intensificando al sentir que ella gemía y se retorcía demostrándome que le gustaba y sentía placer ante mis besos.
Tomé una de sus manos y la llevé a mi bragueta que ya había abierto, poniéndola sobre mí pene ya estaba duro como un palo y preparado para lo que vendría más tarde. Al principio dejo su mano quieta pero no la retiró, solo apretaba el pene como si quisiera que no se le escapara, tímidamente comenzó con unas suaves caricias, intensifiqué mis besos sobre sus senos y ella comenzó también a mover con más intensidad su mano sobre mi pene hasta que lo tomó con las dos manos y comenzó a subir y bajar del capullo a los testículos que ya sé encontraban igualmente duros.
Mis manos bajaban por su cuerpo y al llegar a su cintura desabroché el pantalón comenzando a bajarlo mientras mis labios seguía recorriendo todo su cuerpo, sus manos seguían apretando y moviéndolas más fuerte sobre mi pene, se levantó del sofá para facilitar mi tarea y en pocos segundos se encontraba solo con la pequeña prenda intima que cubría su depilada rajita, casi totalmente desnuda, mi mano izquierda bajaba hasta meterse entre la prenda y su cuerpo hasta llegar a acariciar la entrada de su ya húmeda rajita frotando suavemente el clítoris, con la otra me desabroche el cinturón y deje caer mi pantalón y el calzoncillo al suelo, la abracé fuertemente, sintiendo la suavidad y tersura de su piel contra la mía, muy despacio la fui dejando caer de espalda sobre el sillón y poniéndome sobre ella la seguía besando y acariciando. Ella solo gemía y por momento susurraba: ¿Jaime que haces? Te deseo Montse le decía mientras besaba su rostro. ¿No te gusta? ¿No sientes placer? Aay ¿??? ¿Qué vas a pensar de mí después de esto? -Que eres una chica preciosa, le repetía una y otra vez mientras continuaba recorriendo su cuerpo con mis caricias y mis labios. Pero balbuceaba. Pero nada Montse, relájate y déjate llevar y disfrutemos de este momento. Si Jaime Respondió entre suspiros de placer hazme sentir placer, quiero ser tuya y sentirme mujer.

Le susurre al oído que mejor nos íbamos a la habitación, ella asintió con la mirada, la levante en brazos mientras nos seguíamos besando, la deje sobre la cama de espaldas sobre la cama, separé sus piernas mientras besaba su rostro, sus labios, sus pechos chupaba sus pezones, mi mano derecha recorría su rajita húmeda desde el clítoris hasta la entrada, fui bajando con besos y lamidas mis labios por su vientre hasta quedar entre sus piernas, su rozada rajita me esperaba, pase mi lengua suavemente casi sin rozarla y su cuerpo recibió mi caricia arqueándolo hacia arriba mientras pequeños suspiros y gemidos resonaban en la habitación, durante un buen rato me dedique solo a besar, chupar y lamer su sexo haciendo que los orgasmos se repitieran varias veces, fui subiendo entre sus piernas y mirándola a los ojos tomé mi pene y la comencé a pasar por su sexo, recorriéndolo desde el clítoris hasta el culito, muy lentamente comencé a intentar meter la punta del pene en su agujerito que al sentirla se contraía y no lo dejaba entrar sentía la humedad de los fluidos de sus corridas entre sus muslos y manchaban la sábana.
Le di un fuerte apretón y entró el capullo, ella dejo escapar unos quejidos de dolor, su rajita era muy estrecha y mi pene muy grueso, me quedé quieto unos segundos sin moverme mientras besaba sus labios, su cara sus ojos y mirándola fijamente le susurré:
Eres preciosa Montse, te deseo con locura, yo también te deseo Jaime. Te deseo desde aquella tarde cuando entraste y me viste desnuda, muchas veces desee que me hicieras lo que pensaba le hacías a Nadia y a Roció, me respondía, quiero ser tuya, totalmente tuya. Puedes hacer conmigo lo que quieras.
Seguí apretando lentamente para no dañarla hasta sentir mis testículos apretados a su pubis apretando con fuerza, mi pene estaba totalmente dentro de su cálido, mojado y estrecho chochito.
¿ Montse te hace daño? – le pregunté muy bajito a su oído. No nooo me gusta, me gusta mucho ¿??? asiiiiii me respondió casi en un grito ¡soy toda tuyaaaaaa como tanto desee! ¡Todaaaaaaa! Si preciosa, eres mía y yo soy tuyoooooo.
La tenia sujeta por su cintura bien apretada sintiendo como mi pene topaba en el fondo de su sexo, comenzamos una lenta danza sexual, yo apoyaba mis manos en la cama flexionando mi cuerpo para que ella pudiera moverse y yo sentirla retorcerse de placer bajo mi cuerpo, un entra y sale que fue tomando ritmo y acelerando sus entradas y salidas, hasta que, por momentos se hizo mas fuerte y rápido para luego volver a un lento compás, la sacaba casi toda volviendo a hundirme hasta el fondo mientras nos mirábamos a los ojos sin decirnos nada, ella con los ojos a veces abiertos y otras cerrados mientras se mordía los labios fueron más de cuarenta minutos de suspiros, gemidos y jadeos, solo se oía el ruido de la cama que nuestros movimientos hacían sobre ella.

Simultáneamente comenzamos a acelerar al mismo tiempo el ritmo y la fuerza de nuestros movimientos hasta llegar a un loco mutuo sube y baja...
-¡???? Me corro, me coroooooo! –Me gritaba ella, ya yaaaa ahhhhhhh ohhhhhh, me viene me viene. Yo tambiennnnn Yo tambiennnn y tengo que sacarla le respondí. Noooooo nooo grito ahora nooo, sigue sigue asiii asiiiii ohhhhhh, me muero me mueroo ohhhhhh.
A la vez llegamos a un orgasmo tan intenso que nos hizo perder noción de tiempo por unos minutos, su chochito se contraía apretando fuertemente mi pene como si fuera una ventosa para no dejarlo salir que lanzaba chorros de leche en su interior, nuestros labios se fundieron en un largo beso. Quedamos por un largo rato en esa posición, apretados respirando agitadamente uno en el cuello del otro yo arriba de ella y con mi pene totalmente hundido hasta el fondo de su chorreante su rajita, dormitamos por momentos, cuando volvimos a la realidad su sexo se seguía contrayendo apretando mi pene que aun seguí duro dentro de ella.
Me deje caer a un lado y al sacarla chorros de leche mezclados con hilillos de sangre mancharon las sabanas, me acosté a su lado y nos mimamos largamente sin decirnos nada mientras nos acariciábamos y besábamos sonriéndonos mutuamente, mas tarde nos ducharnos juntos, yo enjabone todo su cuerpo y ella del mío, nos secamos también uno al otro y luego, tras mirar la hora. Eran ya las cinco de la mañana, le dije: Montse mi amor te invito a que te quedes a dormir aquí conmigo ¿Quieres? es muy tarde, pero si lo prefieres te llevo a tu casa.
¿Aceptas? Con un gesto de su mirada comprendí que aceptaba quedarse. ¡Gracias Jaime! – me respondió de inmediato, claro que me encantada además estoy agotada y muy adolorida una leve sonrisa de cansancio llenaba su rostro, tu eres el responsable de mi cansancio y sonrió mientras me besaba suavemente los labios.
Nos acostamos los dos totalmente desnudos en la amplia cama, ella dándome la espalda y yo la abracé desde atrás y, tomando sus pechos una con cada mano, acariciaba y besaba su espalda, su cuello y así apretados nos quedamos dormidos casi de inmediato.
Cuando nos levantamos y desayunamos antes de marchar a su casa la acompañé a un ambulatorio a buscar la pastilla del día después, el riesgo de quedar embarazada era muy alto y no podíamos correr ese riesgo.
Nos despedimos solo con miradas en la puerta de la casa de su hermana, cuando ya desaparecía en el portal volvió a salir y colgándose de mi cuello me susurró.
Te voy a echar mucho de menos en Londres, ha sido el día más feliz de mi vida. Gracias y esta vez si que la vi. Desaparecer dentro del portal..