8/10/12

La primera noche


Esa primera vez en la caravana.
El relato que os traigo hoy ocurrió aya por el verano del 1993. Hacia varios años que me había comprado una caravana que montaba por temporada en un camping de la costa brava, ese fin de semana habíamos celebrado mi 45 cumpleaños en familia en el camping, entre la familia estaba un cuñado por parte de mi mujer que estaba casado con una divorciada que tenía de su primer matrimonio una niña que solo unos meses antes había cumplido los 20 años. Se llamaba Nerea y era una chica guapísima. Al no ser hija de mi cuñado su relación no fue nunca demasiado buena y encontró en mi el cariño de ese padre que la dejo cuando solo tenía tres años, en su niñez y dolencia fue para mi esa niña que me hubiera gustado tener y no tuve, venía a casa para que le ayudara con los deberes y era un apoyo en algunas de las decisiones que debía tomar. Pasó el tiempo y se convirtió en una mujer preciosa y como he dicho antes con un cuerpazo, era alta, morena y con unos ojazos que deslumbraban.
Al su mayoría de edad, cuando cumplió los 18 años una tarde que vino a casa y yo estaba solo hablando de sexo y de su relación con los chicos me dijo que a ella le gustaría hacer el amor por primera vez con un hombre como yo, en esos momentos yo interpreté que quería decir mayor y con experiencia, al despedirse su abrazo fue mas cariñoso y apretado que de costumbre, apretó sus pechos a mi cuerpo y pude sentir la dureza de ellos y la rigidez de su pezones, antes de despegarse me susurró al oído.
- Tiíto estas muy bueno, lo sabias.
Yo no le di importancia ya que era una chica muy abierta y bromista y siempre decía lo que pensaba.
Ese día en el camping cuando fue la hora de marchar mi mujer se bajaría con su hermano, (mi cuñado) y yo me quedaba a disfrutar de mis vacaciones que se año las hacía la segunda semana de julio, mi mujer siempre las hacía en agosto, así que me quedaría solo hasta que ella volviera a subir el sábado siguiente. Entonces fue cuando Nerea que aun estudiaba y ya había acabado las clases dijo delante de todos que si a mi no parecía mal ella se quedaría conmigo unos días y así no estaría solo y no me aburriría, nadie puso objeción porque a nadie se le ocurrió pensar que por aquella cabecita que me miraba y sonreía esperando mi aprobación pasara otra cosa que no fuera tomar el sol.
Ya esa noche cuando todos se hubieron marchar se abrazó a mi cuello y muy zalamera me pedía que la llevara a cenar al pueblo, no me pareció mala idea y así lo hicimos, nos fuimos a dar una ducha y la primera sorpresa de la noche fue cuando llego de la ducha y se cambio delante de mi sin taparse. Yo la había vistió en top les desde hacia años pero nunca desnuda de cintura para abajo y aunque lo izo de espaldas no pude por menos que apreciar la esplendidez de su cuerpo desnudo. Con unas diminutas braguitas de encaje bancas y rozas se dio la vuelta y sonriendo guiñándome un ojo me dijo.
- Tiíto no te animes ehh que aun tenemos que cenar.
Casi me izo sonrojar por su atrevimiento y algo que hasta es día no había pasado empezó a ponerse nervioso entre mis pernas.
Después de cenar fuimos a tomar unas copas y ella cada vez se mostraba mas cariñosa, mas que tío y sobrina parecíamos una pareja de enamorados, su mano cada vez la sentía mas cerca de mi entre pierna en los gestos que hacíamos al sentarnos o levantarnos o mientras caminábamos cogidos de la mano. Nerea esa noche se había vestido más sexi y guapa que nunca, llevaba un vestido que parecía su segunda piel y sin sujetador que ella aprovechaba siempre que podia para hacérmelos notar.
Llegamos a la caravana y ella debía dormir en el avance, (fuera de la caravana). Me dijo que iba a darse un ducha antes de irse a dormir, yo entre en la caravana me tumbe en la cama, no dejaba de pensar en la imagen de su cuerpo antes cuando se cambiaba y los roces de sus pechos contra mi cuerpo, me vino una erección que no podía controlar, mientras pensaba si me masturbaba o no la oí que llegaba, la sentía moverse en el avance y el pene cada vez estábamos inflado y tieso, apagó la luz del avance y cuando pensaba que se metería en su cama la puerta de la caravana se abrió y entro. Llevaba puesto un camisón de dormir muy sexi cortito y finito y una camiseta que le marcaban los pezones como si estuviera desnuda, se hecho a mi lado en la cama, me abrió y me dijo.
- No pensarías dejarme dormir fuera con el miedo que me dan a mí los bichos.
La caravana estaba en penumbra solo la luz de las estrellas que entraban entre las cortinas de las ventanas que permanecían abiertas.
- Pero Nerea, que iban a pensar si se enteran que dormiste dentro.
- Pues que dormír con algo dentro jajá jajá.
- Estas algo borrachilla ehhh.
Le dije en plan cariñoso mientras ella no dejaba de abrazarme, yo intentaba girarme para que no notara mi erección, ella aprovechaba para apretarse y aplastarme sus duros pechos sobre mis espalda y besuquearme el cuello.
- Nerea, por favor que haces.
- Se que no eres tonto y lo sabes muy bien. ¿ o no?.
Me gire sin pensar en lo que iba a pasar.
- Tito esto me confirma lo que durante toda la noche sabía, me deseas tanto como yo te deseo a ti.
- Pero que dices Nerea, eres mi sobria y yo soy tu tío.
Le dije mirándola fijamente sentándome sobre la cama.
- Esto digo, y no es cierto, aunque te quiero más que si lo fueras de verdad también te deseo.
Solo acabar la frase sentí su mano sobre el bulto del pantalón del pijama sobre mi pene.
- Que te deseo tito, que deseo hacer el amor contigo, que lo he deseado desde hace años y aunque no has podido ser el primero, si que quiero que seas el que me haga sentir mujer y placer. Lo que vino después fue inevitable, nos besamos, nos acariciamos, sentí sus manos acariciar mi pene, perdimos la noción del tiempo, no podíamos pensar con la calentura que teníamos los dos.
La había hecho correrse solo con caricias y besos, sus ojos me mostraban una satisfacción que nunca antes  había visto en ninguna de las mujeres con las que había estado, era hora de hacerla gozar como ella deseaba:
- Cariño, te voy a hacer sentir tanto placer que nunca lo olvidaras.
La fui empujando suavemente hasta dejarla de espaldas echada en la cama comencé a besar desde el cuello, sus pechos, hasta llegar entre sus piernas, la recorrí por completo jugueteaba con mi lengua y mis labios en sus nalgas, en sus ingles;
-- Por favor adlo despacito.
Me decía mientras su respiración se aceleraba y pequeños quejidos de placer empezaban a escaparse de su garganta.
-- No te preocupes Nerea, te gustara solo  relájate, déjame hacer y disfrútalo.
Empecé a besar suavemente sus pechos, su vientre hasta llegar de nuevo a sus ingles, deseaba  lubricar su cuebecita para que no sintiera mucho dolor al penetrarla, aunque decía que no era virgen su coñito era muy estrechito, como si no estuviera estrenado. Mis veinte cm estaban al máximo de su rigidez y dureza, intente meter en su coñito uno de mis dedos para ver si estaba bien lubricada, ella sujetó mi mano para impedirlo, me miraba con los ojos muy abiertos mordiéndose los labios del placer que la hacían sentir mis caricias, mi pene estaba tan tieso y duro que me dolía, la tenía como nunca la había visto, se notaban las venas y el capullo hinchado como una pelota a punto de reventar. Ella con su mano lo sujetaba dándole pequeños apretones.
- Tito me va a doler, es muy grande, cuando lo hice con un amigo la tenia pequeña menos de la mitad que la tuya.
- No te preocupes cariño, lo haremos muy despacito.
La tranquilice con cariñitos, dándole besitos en los pechos y masajitos en el clítoris que lo notaba hinchado y duro.
- Pero esto es muy grande y muy gordo, y aunque me muero de ganas de que me la metas, me lo vas a romper.
- Cielo relájate va a ser algo que jamás vas a olvidar.
Le decía esto mientras volvía a introducir mi lengua en su rajita, esta vez chupaba y estiraba los pliegues que rodeaban su rajita, y le chupaba el clítoris. Ella estaba tan excitada que fue perdiendo el miedo y dejo que entrara el primero de mis dedos.
- Me gusta, me gusta sentirte pero ves con cuidado al metérmela tiíto, hazme todo lo que tu quieras pero despacio.
CARICIAS1 Me decía mientras sus jadeos de placer iban en aumento, seguí unos cuantos minutos mas jugueteando con un dedo hasta que la sentí bien mojada, abrí sus piernas y me coloque entre ellas, con una de mis manos acerqué la punta de mi pene hasta colocarlo en la entrada de su rajita presionando para que empezara a entrar, sentí como su cuerpo empezaba a convulsionarse  al sentir los placeres del orgasmo aun sin haberla penetrado, entreabrí su rajita con la punta del pene y presione un poco y la punta empezó a abrirse camino, buscando profanar su cuebecita rozada  y estrechita, seguí presionando mientras ella dejaba escapar sus primeros gemidos entrecortados de dolor y placer, sentía mi pene presionado al máximo entre los labios de su rajita, poco a poco seguí apretando y el pene seguía entrando entre suaves quejidos de dolor hasta sentir una barrera que no dejaba seguir avanzando, empujaba pero no avanzaba y ella se quejaba, al fin y al cabo era casi virgen según me había contado, habían entrado solo la mitad y ella gritó:
- Espera, esperaaaa por favor me hace daño, no quiero que me duela.
Habían entrado solo unos 10 CMS y mi calentura era tal que solo deseaba llegar cuanto antes hasta el fondo de aquella cuevesita caliente y estrecha, mis  manos masajeaban sus pechos mientras ella se mordía los labios y sus manos se aferraban a los lados de la cama, la bese fuerte en la boca y empecé un mete y saca solo con la mitad de pene dentro.
- Házmelo ya, métemela toda y no me dejes con las ganas.
- No seas malo tiíto métemela de una vez toda  hasta el fondo.
Ella lo pedía y yo no me podía negar, tenia que complacerla, Me acomodé bien entre sus piernas en la entrada de su estrecho coñito me fui hacia atrás y de un golpe de riñones se la clave rebasando la barrera que impedía seguir.
- Para para por favor, por favor me duele me duele.
- Aiiiii aiiiii que dolor. Espera, espera.
Le seguía doliendo, entonces  me levanté de la cama y fui al baño por un bote de crema hidratante, me embadurné bien el pene y también en la entrada de su coñito ahora si, ahora si métemela despacio hasta que entre toda.
Tomo mi verga con sus manos y la llevo a la entrada de su coñito, empuje suavemente hasta de nuevo tocar la barrera que impedía seguir avanzando, me coloque bien entre sus piernas y de un fuerte golpe de riñones la penetré  hasta el fondo y mis huevos se apretaban a los labios de su maltrecho coñito
Nerea dio un fuerte grito de dolor mientras yo notaba como mi pene había entrado hasta el fondo.
Su respiración y su quejidos eran muy agitados, mas que respirar soplaba y se quejaba de dolor, sentía como sus uñas se clavaban en mi espalda
 Me quede quieto dentro de ella sintiendo las pulsaciones de su coñito apretado a mi pene, parecía haberse quedado sin piel del escozor que sentía, poco a poco Nerea se fue tranquilizando y muy delicadamente me movía viendo los gestos de dolor de su rostro, intentaba sacarla unos CMS para volver a metérsela de nuevo, pero ella no me dejaba, seguía quejándose de dolor, me fui atrás unos CMS y volví a hundirme suavemente dentro de su rajita.
Habían pasado unos minutos y ya con ella mas relajada fui bombeándola suave y muy despacito hasta lograr que entraba y saliera  toda de su coñito, su mirada ya empezaba a ser mas de placer que de dolor, la sacaba por completo y se la volvía a meter lo que ya le gustaba tanto que empezó a jadear cada vez mas fuerte.
- Ahhhhh que bien follas tito, que bueno, ahhhhhh, asiiii, sii asiiiii sigue titooooo, ahhhhhh, por dios, ummmmmmmm, me matassssssssss de gusto, me muerooooooo de placer.
No me importaba que gritara, no creo que nadie nos oyera y si lo hacían no podía impedir  que lo hiciera, estaba teniendo el mejor orgasmo de su vida, llevaba mas de media hora bombeando dentro de su joven coñito, no había contado cuantas veces se había corrido, sentía tanto placer que aferraba sus piernas a mi espalda cruzándolas a mi cintura y movía sus caderas en rotación dando pequeños empujoncitos que sentía como aplastaban mis testículos, no podía aguantar mas, estaba a punto de correrme, la saque y me corrí entre sus piernas, nos hundimos en un beso tan largo que no nos dimos cuenta que el sol ya estaba saliendo. Nos quedamos dormidos.
Cuando desperté ella no estaba a mi lado, a los pocos minutos la vi asomar por la puerta de la caravana liada en una toalla.
Esa fue nuestra primera vez, hasta el fin de semana, cada noche dormíamos juntos y cada noche hacíamos el amor varias veces.