Hacía un día
primaveral precioso. Johana es mi ahijada tiene 23 años, cuando sucedió los que
les voy a contar acababa de cumplir 21. Es la hija de unos amigos a Johana la
conozco prácticamente desde que nació, vivimos en la misma calle. Sus padres junto
con mi mujer se habían ido de crucero y estarían 15 días fuera, yo no los
acompañé porque me suelo marear en los barcos. Johana aunque era toda una mujer
era bastante alocada, mis amigos me habían encomendado que mientras estuvieran
fuera le echaran ojo, en el buen sentido claro.
Yo decidí irme
a pasar estos días al apartamento que tenemos en un pueblo de la costa brava y
donde estos amigos también tienen una segunda residencia aunque en otra zona
del pueblo. Al comentárselo a Johana ella
también decidió subirse, me dijo si me importaba que durmiera en casa en
una de las habitaciones de mis hijos. Yo tengo dos hijos ya mayores que están
independizados ambos.
A lo cual accedí
gustoso pensando que me haría compañía y no estaría solo sin imaginar lo que
iba a suceder.
Johana es una
chica rubia, alta, pelo largo, piel muy blanca, cuerpo fuerte, como el de una
atleta, pero con unos pechos proporcionados y unas curvas interminables. Lo que
más llamaba la atención eran su precioso rostro, sus ojos grandes y azules y
unos labios carnosos que quitaban el aliento. Si la belleza fuese mujer, creo
que se encarnaría en ella.
Hacia varios
días que habíamos llegado y una mañana después de ducharse y ponerse un bonito
vestido muy sexi me convenció para que fuéramos a una playa nudista que hay en
otro pueblo cercano, al principio me negué pero ante su insistencia y aquella
mirada que tenía accedí.
Llegamos a la
playa t casi todo el mundo iba totalmente desnudo, Johana no tardo en quedarse
como dios la trajo al mundo, yo estaba acostumbrado haberla en top les ya que
desde muy jovencita siempre tomaba el sol sin la parte de arriba del bañador,
su cuerpo era perfecto, sus senos altivos y turgentes coronados por los pezones
rozados y duros como dos garbanzos, su sexo totalmente rasurado y unos labios
vaginales rozados, perfectos y uniformes, poco maltratados pensé.
--. Rafa no te
quitas el bañador?
Me había llamado
Rafa, era la primera vez siempre que se dirigía ami lo hacia como padrino ya
que soy el padrino de su bautizo no le di importancia al pensar que lo había
hecho debido a que alguien pudiera pensar que era poco serio que se mostrara
desnuda junto a su padrino aunque allí nadie se fijaba en nadie y cada uno iba
a su bola, nuca mejor dicho, (en bolas).
Johana no dejo
de insistir hasta logar que me quitara el bañador cosa que hice con bastante
pudor debido a que era la primera vez que lo hacia, no dejaba de pensar si mis
amigos me observaran desnudo junto a su hija que iban a pensar. Johana se
embadurnó con crema protectora, debido a lo sensible de su piel blanca debía
tener cuidado en no quemarse, después de untarse la parte delantera de su
cuerpo se puso bocabajo en la toalla y me pidió que le pasara por la espalda y demás
partes corporales, mientras la untaba ella me decía que la fregara mas fuerte
para que penetrara la crema, había abierto sus piernas para facilitarme la
labor sobre sus muslos durante un momento se giro hacia mi y me recrimino si me
daba vergüenza tocarla.
Después de
untarla a ella también me unte un poco de crema por el pecho, las piernas y los hombros, cuando iba aguardar el tarro Johana
se incorporó, me lo quito de las manos y me pidió que me tumbara bocabajo para
que ella me untara, empecé a sentir sus manos masajeando mi espalda y mi cuello,
me dijo que abriera un poco las piernas para poder untarme bien, sentía sus
manos masajearme los glúteos, sus manos bajaron entre mis muslos, una de sus
manos llegó a rozar el ano y el perineo, sentí un latigazo en todo el cuerpo que
ella percibió oí su voz casi susurrando al oído, tranquilo relájate y siguió
con sus masajes entre mis piernas a ambos lados, cuando deje de sentir sus
manos la mire y vi su cara una sonrisa picarona.
El roce de sus
manos habían hecho que me sintiera nervioso, pasados unos minutos ella dijo de
ir a darnos un chapuzón, me estiro de la mano para ir al agua, mientras caminábamos
hacia el agua observe como ella miraba mis atributos masculinos, dentro del
agua Johana empezó a jugar intentando hundir mí cabeza dentro del agua rozando
su cuerpo contra el mío, sentí sus senos sobre mi espalda varias veces, se sumergía
en el agua pasando entre mis piernas bajo el agua, una de las veces al salir de
frente sentí como sus pechos rozaron mis genitales, ella se abrazo a mi cuerpo
pudiendo sentir la turgencia de sus senos sobre mi desnudo pecho, de nuevo su
mirada me puso nervioso al sentir su roce, salimos del agua y al llegar alas
tollas me di cuenta que empezaba a sentir el cosquilleo entre mis piernas y que
la cosa se empezaba a estirar sin haber pasado desapercibido por su parte, me
tumbe bocabajo y pasados unos minutos la cosa se tranquilizo.
Volvimos a la
casa y Johana entro en el cuarto de baño saliendo a los pocos minutos secándose
el cabello totalmente desnuda, fije la vista en el periódico que estaba ojeando
pensando que entraría en la habitación a ponerse algo, Johana a solo unos cm de
mi mientras seguía secándose el pelo me dijo.
--. Ya puedes entrar a
ducharte.
Entre en la
ducha pensando que al salir estaría vestida y de nuevo me equivoqué, Johana
permanecía sentada en el sofá ojeando el periódico, la miré y le dije si no se
ponía algo, sorprendía por mis palabras.
--. Para que, ya me has
visto desnuda.
--. Me gusta estar
desnuda, en casa siempre voy así cuando no esta mi padre.
--. Pueden verte los
vecinos le recrimine.
Ella no le dio
importancia a mis palabras y marcho hacia la cocina a buscar algo para comer. Después
de comer me fui a mi habitación a hacer la siesta y no podia evitar dejarle
pensar en su cuerpo joven totalmente desnudo, en su sexo, su rajita rasurada y
rozada y en los roces de su cuerpo dentro del agua. Eso hacia que tuviera una erección
y tener que aliviarme para que se me bajara.
Estábamos en el
salón mirando la televisión, Johana me miró fijamente y volvió a morder la
fruta que estaba mordiendo pasando la lengua por sus labios totalmente mojados.
- ¿Quieres que salgamos a
cenar los dos solos?
Su mirada era
provocativa y a la vez que dulce. Le dije que no tenía nada mejor que hacer y
que seria un placer pasear con ella y ser la envidia de los tíos esa noche.
- Si, claro.
Su respuesta sonó
como ¿y tu que, no me vas a desear?.
Se cambio de
ropa, se puso un vestidito corto de verano que la hacia mas que deseable. Ella
eligió el sitio. Me llevó a un restaurante muy íntimo. Estaba en un acantilado
donde desde las mesas se podia contemplar el mar. Nuestra mesa estaba al fondo,
en un rincón del local. La luz era tenue y la música suave y romántica. La cena
transcurrió tranquila, hablamos sobre el viaje que estaban haciendo sus padres,
sobre sus estudios, nos bebimos una botella de vino blanco afrutado y nos
reímos mucho hasta el postre observando a la gente sobre todo de dos mujeres
que estaban en la mesa de al lado como cuchicheaban por lo bajito seguro sobre
nosotros.
--. Estarán pensando que
soy tu amante.
Me susurro
sonriendo rozando mi oreja con sus labios que hizo estremecer mi cuerpo al
sentir su contacto.
.En un momento
de la charla, volvió acercar sus labios a mi rostro y me dijo de salir a bailar.
El local tenia en una de los lados una pequeña pista donde bailaban varias
parejas Sus ojos se cerraron y sentí el calor de sus labios junto a los míos
casi rozarme. Salimos a bailar, Johana paso sus manos alrededor de mi cuello y
sentí su joven cuerpo rozarse con el mío, la música era suave, sentía su cara
rozarse con la mía y sin poder evitarlo algo empezó a hincharse entre mis
piernas, al notarlo Johana puso sus labios sobre mi oído y me besó, y fue como
el choque de dos locomotoras a toda velocidad.
--. Johana por favor no están
mirando.
--. Déjalas que miren, son
dos solteronas amargadas.
Esa fue su
respuesta refiriéndose a las dos mujeres de la mesa junto a la nuestra.
Una de sus
manos se escurrió entre los cuerpos hasta llegar al bulto de mis pantalones lo
abrazo con su mano mientras me decía al oído.
Es enorme, tía
Carmen debe estar mas que satisfecha decía refiriéndose a mi mujer, retire su
mano antes que alguien se diera cuenta y ella me miro riéndose.
--. Esto no puede quedar
así.
Y volvió a
apretar su cara contra la mía y su cuerpo para notar entre sus piernas mi erección.
Sus labios me
mordían suavemente la oreja, su aliento en mi cuello, sus dientes me apresaban
los óvulos de la oreja, su saliva húmeda los humedecían. Ella empezó a gemir en
mi oído, muy despacito y suavemente mientras se restregaba contra mi erección y
me excité mucho. Mientras seguíamos bailando ella me iba susurrando al oído.
--. Esta noche quiero ser
tuya, que me hagas el amor hasta hacerme desfallecer de gusto con ese trozo de
pene que me ha dejado alucinada esta mañana.
--. Vamos a casa, me dijo.
--. Johana eres mi ahijada
no podemos hacer eso, que dirían tus padres si se llegaran a enterar.
--. Se lo dirás tú? Me
recrimino.
--. Claro que no, pero no
esta bien.
Lo que no esta
bien es saber que al otro lado de la pared donde duermo hay una polla que necesita
que alguien le de placer siguió susurrándome
mientras s levantaba para que nos marcháramos.
Salimos del
restaurante y antes se acercó a la mesa de al lado donde estaban las dos mujeres
y le dijo algo al oído a una de ellas que no pude oír.
Durante el
trayecto hasta el apartamento le pregunte que le había dicho, y ella me
contestó.
Le he dicho que
tienes una polla de mas de 25
cm y que me la vas a meter a mi toda esta noche, y mas que
sonreír se le escapo una carcajada, pensé que lo decía de broma.
Llegamos al
apartamento y subíamos en el ascensor. La temperatura fue subiendo hasta tal
punto que noté que estaba empalmado. Cuando se rozaba contra mí, sentía como se
humedecía el pantalón.
En el ascensor
se subió el vestido, y me enseñó lo excitada que estaba.
--. ¿Me vas a follar aquí?
--. Estas loca, tápate,
nos pueden pillar.
Me llevo la
mano entre sus piernas, la pase bajo su vestido y era cierto sus braguitas
estaban totalmente húmedas.
Nada mas entrar
en casa se quitó el vestido, no llevaba sujetador, así que pude volver a ver
sus pechos preciosos duros y desafiantes, con los dos pezones sonrosados muy marcados.
Llevaba unas braguitas blancas que marcaban su espectacular y bien formado culo. Ella sabía lo
buena que estaba y cuanto la deseaba en ese momento y dando vueltas alrededor
mío, cogió mi cabeza y la llevó entre sus piernas. Empecé a bajarle la braguita
con los dientes aspirando el olor de su calentura. Cada vez que lo intentaba
rozaba sus pubis y sentía la suavidad de su piel en mis labios, a ella le
gustaba sentir mis labios sobre su piel, me deshice del tanga rompiéndolo de un
tiron y de pie como estaba abrí un poco
sus piernas y empecé a pasar la lengua por su húmeda rajita lentamente. Pasaba
la lengua desde los labios hasta el clítoris frotándolo con la lengua, volvía a
su rajita empujando hacia dentro la punta de la lengua, lo lamia y chupaba
hasta llegar a rozar su ano con la punta
de la lengua. Tenía que hacer un gran esfuerzo para no corredme allí mismo sin
tan siquiera haber rozado el capullo en su rajita, el espectáculo que aquella
diosa me ofrecía era maravilloso.
--. Vamos a la cama me voy
a desmayar de gusto.
La lleve en
brazos hasta la habitación y la deje suavemente sobre la cama, me quite la
camisa i los pantalones quedando desnudo y con la polla tiesa y dura como un mástil
que ya miraba con los ojos muy abiertos mordiéndose los labios.
Abrí sus
piernas y empecé a lamer su rajita hasta llegar a su clítoris, lo tenía muy hinchado,
duro y muy sensible, por lo que se lo rozaba con mucha suavidad. Aquello la hacía
enloquecer, y sus gemidos eran continuos y cada vez más fuertes, sentí sus
espasmos y se corrió por primera vez, pude sentir en mi boca el sabor de sus
fluidos.
--. Sigue, sigue por Dios
no pares, cómeme toda entera.
Johana gritaba
mientras yo seguía lamiendo e introduciendo la lengua en su rajita, minutos
después volvió a tener un nuevo orgasmo. Me dolían los huevos y la polla del
calenton, estaba deseando llenar aquella rajita de polla hasta el fondo, pero
debia esperar aun necesitaba excitarla aun mas le empecé a meter un dedo en su
rajita y otro por el culo mientras seguía lamiéndola.
- Ummm que bueno síííí si,
me gusta, sigue, sigue comiéndome.
- Fóllame, fóllame ya lléname
con tu gran pene, métemelo todo.
Gritaba entre
jadeos y gemidos, yo quería prolongar al máximo su placer. Empecé a besarle los
pechos a la vez que con una mano le restregaba el pene por la entrada de su
rajita mojada. Acerqué y presione con la punta del capullo en su ano, ella
protestó al sentirla.
--. Nooo no por el culo no
que soy virgen aun, métela por aquí muy despacio.
No era mi intención
metérsela por el culo ese día, solo pretendía excitarla, ella con una de sus
manos intentaba poner el pene a la entrada de su mojada rajita
--. Hazlo ya por favor.
Sólo tienes que empujar, métemela ya.
--. Adlo despacio que es
muy grande, nunca nadie me ha follado con una polla tan grande.
--.Me muero de ganas de
sentirla toda dentro.
--.No me martirices mas
por fa, follame padrino follameeee.
Seguía
suplicando. Puse mi pene en su entrada y ella me ayudó a encajarlo empujando
suavemente hasta que algo lo frenaba, Johana no era virgen según me había contado,
le di un fuerte empujón y Johana gritó,
--. Para paraaaaa.
--. Me duele, me duele.
Poco a poco se la fui metiendo, mientras ella gritaba
en cada arremetida. Ya toda dentro hasta el último milímetro empezamos a
movernos despacito y a los pocos minutos ella volvió a correrse y me suplicaba
que la follase más fuerte.
Pase mis manos
bajo sus nalgas y le abrí las piernas lo mas que podia, se la sacaba dejando
solo el capullo dentro y metía la polla de un solo empujón hasta el fondo. Ella
gritaba y ahora no de dolor al sentir cada embestida. Estaba tan excitado que no
me podía controlar. Mi respiración empezó a acelerarse, sentía un placer como
nunca lo había sentido, claro que nunca me había follado una cosita tan
exquisita y joven como Johana. Al ver Johana la expresión de mi rostro me
apretaba el pene contrayendo las paredes de su rajita. Era como si tuviese una
mano dentro de su sexo que me estrujaba la polla. Apretaba con tanta fuerza,
ahhhhhhhh, qué sensación. Empezamos a movernos los dos como locos, no podía
aguantar más y se lo dije.
--. Johana tengo que
sacarla me voy a correr.
Ella empezó casi a gritar.
--. Noooo, nooooo, no la saques
córrete dentro, córrete ya al tiempo que se convulsionaba como una poseída.
--. Si me la sacas te
mato, te matoooooo.
Con ronquido
fuerte y un apretón como si quisiera atravesarla con mi espada, ahhgggggggggggg,
me corrí, Johana al sentir el chorro de leche caliente también gritó.
--. Por Diossssss que esto
me quema me abraza las entrañas, dame mas dame mass, quiero mas masssss masss
mass.
Ella al sentir
como la inundaba de leche caliente también se corrió, gritando.
--. Lléname, lléname toda,
échamela toda, toda para mi.
Y moviendo sus
caderas de abajo a arriba como un látigo. Tan violento fue una de sus sacudidas
que me hizo salir de ella hacia delante
de la cama, y caí al suelo al estar al borde de espaldas al lado de la cama. Se
hizo el silencio, yo me quede quieto en el suelo aturdido no por el golpe sino
por la corrida que me había pegado, giré mi cabeza en dirección a la cama. Ella
asustada, se había incorporado para ver si me había pasado algo. Cuando las
respiraciones habían vuelto a la casi normalidad nos dio un ataque de risa. No
paramos de reírnos al recordarlo. Johana esa noche quedo un poco adolorida pero
al día siguiente ya estaba pidiendo mas, como no habíamos tomado precauciones
al día siguiente la acompañe al ambulatorio a que le dieran la pastilla del día
después y de paso compramos una caja de preservativos para poder seguir
follando los días siguientes.
Días después la
pastilla le provoco la menstruación y tuvimos que dejar de follar aunque ella
me aliviaba haciéndome unas mamadas impresionantes.
Eso sucedió el
verano pasado, Johana empezó a tomar la píldora al mes siguiente y ahora nos
vemos una vez por semana para desfogarnos. Días atrás me comentó que ya estaba
preparada para perder la virginidad de su culete, pero eso es otra historia que
puede algún día os la cuente.
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