15/10/11

Mari carmen


Habían pasado varios meses y un domingo volví a encontrarme con Mari Carmen, ella me saludo con mucha simpatía, ese domingo estaba solo así que fuimos a tomar unas cervezas, era verano y se estaba a gusto en la calle a la hora de marcharnos me pidió si quería a acompañarla a su casa que a esas horas no le gustaba andar solo por su barrio, nos montamos en mi seat 850 y la lleve hasta la puerta del bloque, cuando ya me despedía me dijo si aún seguía enfadado con ella por lo de aquella noche, le respondí que ya no me acordaba que no se preocupara, entonces ella me dijo algo que me dejo sorprendido, ¿ te gusta más mi madre que yo?. Queeee, pues eso, ¿Qué si te gusta mi madre? Le dije que porque me preguntaba eso, entonces ella respondió, oye que no soy tonta, entonces me dijo que ese día cuando entro en su casa su madre estaba en el lavabo y que al pasar por delante la puerta de su habitación vio la cama desecha y una gran mancha en las sabanas que entro y por el olor no necesitaba más, me quede sin habla por unos segundos, finalmente le respondí que eso eran cosas mías y de su madre, que su madre era una mujer libre y yo también, entonces ella me dijo que sentía mucho lo que paso aquella noche pero que tenía miedo de quedar embarazada y por eso no me dejo.
Ese verano volvimos a vernos, un día de fiesta entre semana cuando ya nos despedíamos me dijo que porque no nos íbamos el fin de semana de camping los dos solos, me susurro al oído que me prometía que no me iba a arrepentir, le dije que me lo pensaría que el viernes por la noche que siempre nos veíamos le respondería, durante los días siguientes me lo estuve pensando y d decidí que porque no y esta vez iría preparado con una caja de condones.
El sábado la fui a buscar a media tarde y pusimos rumbo a la costa en mi seat 850, nos instalamos en un camping de playa y después de tomar el sol un rato en la playa nos fuimos a cenar y a una discoteca a tomar unas copas, sobre las dos volvíamos al camping, teníamos una pequeña tienda, las llamadas canadienses en las que cabían dos personas y poco mas, durante la noche Mari Carmen se había mostrado muy tierna y cariñosa, aprovechando cualquier excusa para morrearme, ya dentro la pequeña tienda se desnudo quedando solo con la braguita del bañador y la parte de arriba, yo solo con unas calzoncillos tipo pantaloncito bastante ajustados, seguimos besándonos y los cuerpos apretados, aparte la pequeña tela que cubría sus pechos y empecé a acariciar y besar sus pechos, no eran como los de su madre pero si más duros y con unos pequeños pezoncitos oscuros y duros, mis manos recorrieron su cuerpo, mi mano se introdujo bajo la tela que cubría su sexo mis dedos buscaron el clítoris hasta endurecerlo, unos de mis dedos profano su entrada, su rajita era muy estrecha nada que ver con la de su madre, Mari Carmen suspiraba y gemía, me abrazaba y decía, ven y intentaba que me pusiera sobre ella, me puse de rodillas y le baje la braguita y yo me saque el calzoncillo, busque en mi bolsillo unos de los condones, cuando intentaba rajar el papel ella me dijo, no nooo, no hace falta que te pongas nada, le dije que no quería arriesgarme entonces ella me confesó que hacía un mes que tomaba pastillas, para no quedar embarazada, eso me sorprendió pero me fie de ella y me puse sobre ella y le restregué mi pene entre sus piernas hasta calentarla bien antes de metérsela, las clases de su madre me habían enseñado no tener prisa en meterla hasta no sentir que la mujer está preparada, jugueteaba entre sus piernas con el pene restregándosela en su rajita y tocándole el clítoris, Mari Carmen ya suspiraba, casi gemía me pedía que se ya yaa, abrí sus piernas, con una de mis manos puse la punta del pene en la entrada de su rajita intentando metérsela pero no entraba, me retire y me puse saliva en la punta para suavizarla, volví a intentarlo y esta vez sentí como entraba el capullo, sentía su estrechez y pensaba que sería por no estar suficiente lubricadla aguantaba el pene con mi mano para que no se saliera y seguía apretando, ella se quejaba yo pensaba que era de placer y no de dolor, me costaba avanzar solo había entrado la punta y un poco mas y no avanzaba sentía mi pene como si se me arrancara la piel de lo estrecha que tenía su raja di un fuerte apretón y Mari Carme dejo escapar un grito y se mordía los labios mientras su manos se apretaban a la lona de la tienda, al entrar el pene sentí que algo se había roto y me asuste un poco, ella grito ¡¡aiiiiiiiiiiiii aiiiiiiiiiiiiiii!! Espera esperaaaaaaa, suplicaba. Habían entrado unos siete u ocho centímetros y aun quedaba más de la mitad fuera, no entendía como podía ser tan estrecha después de haber follado tantas veces decía mi amigo, seguía apretando y a cada apretón ella seguía quejándose su cara reflejaba dolor, yo seguía apretando, finalmente sentí como mis testículos rozaba sus ingles, sentía el dolor en mi espalda ella me había clavado las uñas y seguía quejándose, ya habiendo llegado hasta el fondo seguí mordisqueando sus pechos y chupando sus pezones, poco a poco fue desapareciendo de su cara los gestos de dolor, empecé a moverme dentro de ella primero muy suave casi sin mover mi cuerpo solo intentando encogerme y sentía como mi pene se movía dentro de su sexo, despacio fui sacando primero un poco luego algo mas hasta sentir como entraba y salía humedecida y ella empezaba a sentir placer durante más de media hora seguimos así hasta que de su garganta empezaron a salir sonidos de placer y me susurraba palabras cariñosas y que le gustaba lo que sentía que no parara, sentí como su orgasmo la inundaba así hasta tres veces hasta que finalmente me deje ir y me corrí dentro de ella, cuando me aparte de ella a un lado vi que tenía mi vientre y mi pene todo ensangrentado y me asuste, le pregunte si tenía la regla, ella lo negó con un gesto de su cabeza, entonces la mire a los ojos y le pregunte si le había hecho mucho daño ella me dijo que un poco pero que es lo normal, le respondí que para haberlo hecho ya no entendía como estaba tan cerrada, ella contesto ¿ quien dijo que yo lo he hecho antes?, me sorprendí su respuesta y me quede un poco descolocado durante unos segundos, entonces entendí él porque me había costado tanto, la mire a los ojos y le pregunte ¿eras virgen? Ella me contesto ¡¡a ti que te ha parecido!!. Le respondí que pensaba que no lo era que pepe siempre había dicho que lo habías hecho muchas veces, pepe es un bocazas y por eso lo deje. Entonces me entere que había sido ella quien lo había dejado y no el cómo nos había dicho a todos los de la pandilla, después de esa confesión me inspiro mucha ternura, se me había entregado a mí la primera vez, le pregunte porque lo había hecho, porque yo y no otro, me contesto que porque le gustaba y sabia que no era tan bocazas como los demás, durante un rato hablamos de muchas cosas, cuando ya volvíamos a acariciarnos y tenia de nuevo el pene duro ella me dijo, que no le extrañaba que su madre gritara como gritaba al comprobar lo grande que tenía el pene, me sorprendieron sus palabras y le dije que sabia ella si gritaba o no gritaba su madre entonces me confesó que sabiendo que ese día estaba yo en casa con ella pidió permiso en el trabajo para salir a hacer un recado y entro en casa sin hacer ruido y nos oyó en la habitación como su madre disfrutaba y gritaba de gusto, me beso en la boca y me pregunto que con quien de las dos le gustaba más hacerlo, con ella o con su madre, no sabía que responderle porque era muy distinto, finalmente le dije que con ella que era lo que quería oír, ella me miro y me dijo, no te creo pero es igual, ahora estás conmigo y quiero que volvamos a hacerlo y esta vez me dolerá menos y lo pasaremos mucho mejor como así fue, esa noche lo hicimos varis veces hasta que el cansancio nos venció, nos despertamos cerca las doce porque el calor no está achicharrando dentro de la pequeña tienda, nos fuimos a bañar y volvimos a la tienda y volvimos a hacerlo una vez mas esta vez casi en silencio porque había gente alrededor de la tienda, después de comer antes de desmontar volvimos a hacerlo, Mari Carmen se corría nada mas sentirla dentro yo después de tantas corridas ya sentía el orgasmo pero casi no salía ni gota de leche y durante la semana siguiente del trabajo a casa y de casa al trabajo hasta recupérame, durante más de un año estuve fallándome a las dos a la madre y a la hija, Mari Carmen lo sabía, Antonia no y no sé si alguna vez la hija se lo dijo, me cambie de trabajo y casi siempre estaba fuera y poco a poco fuimos dejándolo y otras iban ocupando su sitio.

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